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Mi compañero de clase Ramón

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Mi compañero de clase Ramón

Una mirada puede empezar un juego.

Allí estaba Ramón en la otra esquina de la clase sin quitarme la vista de encima, nuestros ojos no paraban de cruzarse y después vinieron las risitas, una pequeña sonrisa insinuante se dibujó en mi boca, y no esperó mucho en darse cuenta de que quería más y con un gesto me indicó que me esperaríaa la salida de clase.

Al terminar la clase y sin dejar de hacer gestos sonó el timbre al fin, que querrá, pensé. Me levante de la mesa como una bala y salí hacia la puerta. Allí estaba Ramón esperándome y sinverguenza alguna me agarró de la cintura y me susurró al oído:
– Estoy en el baño de la planta de abajo.
– De acuerdo, voy ya- le conteste titubeando.

Fui deprisa a la taquilla a dejar la mochila y bajé las escaleras a toda prisa, ansiosa. Abrí la puerta del servicio y sin darme ni cuenta Ramón me agarró del culo y me beso con fuerza.
– Tengo las llaves de la sala de profesores- se me insinúa.
– Vamos ya- no podía esperar más.

Tardó poco en quitarme la ropa y subirme a la mesa. Ramón dentro de mi cada vez más y yo no podía evitar gemir y él me pedía silencio.

Me puse de pie y me empuja quedando la mitad de mi cuerpo boca abajo en la mesa y la otra mitad apoyada en el suelo con el culo hacía él. Vuelvo a gemir sintiendo como Ramón me acaricia, solo recordarlo me entran escalofríos.

Quedan 5 minutos para que acabe el descanso y tenemos que parar, pero nos es imposible. Escuchamos murmullos y son de los profesores. El hecho de que nos puedan ver nos da mucho más morbo, pero se quedan hablando un rato en la puerta, con lo que nos da tiempo a terminar. Nos quedamos un rato desnudos, acalorados y cansados. La puerta se abre poco a poco y nos escondemos debajo de la mesa, en silencio, al rato se vuelve a cerrar y ya no queda nadie en la sala. Nos vestimos rápidamente y salimos disimulando como podemos, aunque es difícil disimular con nuestra cara.

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